En los planos de Carducci de 1641 aparece un molino perdido de un tal Ramos, tal vez el actual de los Rebollos. En 1820 son conocidos como los ¨molinos de Bravo¨(o quizá los del Conde de Oropesa).
De granito , y en su interior con bóvedas cubiertas de lanchones de piedra, en él existian ocho pares de muelas.
El interior cuenta con una chimenea adaptada al sistema de arcos y bóvedas propios de molino. Además. cuenta con dos piedras más de creciente, para utilizar en caso de inundación.