Las Minas de Azufre de Libros tuvieron su época dorada a finales del siglo XVIII, años en los que se inicio su explotación, la cual duro de manera intermitente hasta 1889. Más tarde, ya en el siglo XX, la Industria Química Zaragozana se encargo de su utilización hasta que en 1956 las minas se cerraron definitivamente.
Entre las ruinas que se encuentran en el lugar están las de los edificios de la escuela, el cuartel de la guardia civil, el hospital, la panadería, la carnicería, el economato, las casas de los directivos y varias tascas. Estos edificios fueron demolidos al cerrar la explotación.
La iglesia y algunas casas-cueva aun se conservan, y es lo que se puede visitar en la actualidad, así como la entrada a la mina.