El nombre original de los corrales es el de «Pariciones» como referencia al destino para el que nacieron entorno al siglo XV. Las ovejas recién paridas suponían un gran inconveniente para el discurrir del rebaño, por lo cual se crearon unos recintos donde dejarlas, de noche y de día, hasta que los corderos pudieran valerse por si mismos para caminar. Asimismo, se convertían en el lugar de salvaguarda de la ovejas del lobo durante la noche.
Aunque también las hay cuadradas, su diseño era circular, con lo cual se evitaban las esquinas y la muerte en ellas por asfixia. El tejado era de ramas de urces, cubriendo una zona de escasamente dos metros en la parte interior, dejando el centro al aire. Su diseño evitaba los ataques del lobo pues aunque su altura , baja, permitía a los cánidos saltar al tejado, no saltaban dentro, ya que al ser una techumbre colgada sobre fincones, era fácil entrar pero imposible salir. «Son unas construcciones únicas en su estilo y que deverian ser recuperadas.